Vislumbra el recuerdo de mirarte la espalda
frente mío, con el cuello
deslumbrado por la luz azul de fiesta
oyéndote trinar el coro
y verte saltando.
Tus cabellos caían derramados
por tus hombros, cual gotas de lluvia en verano;
siendo el ente fresco que me ha despertado
y me ha devuelto la fe
en poder conseguir un nosotros.
Porque aquello fue un amor de noche
como lo que vivimos cuando jóvenes
con pies descalzos corriendo por el mar salado.
Ahora heme aquí, pensando en como habría sido
si te hubiese besado;
porque siempre perteneceremos
a los amores de verano...
querido Gabo.