En tiempos del Pedro, con gran alarde,
promete Quijote ser su estandarte,
mientras en la mesa hay gran desmadre,
los platos volando, un triste baluarte.
Las encuestas dicen: \"¡Ay, qué desastre!\",
la economía danza un tango tan triste,
y en cada reunión, cónclave de arte,
se busca solución, pero nada existe.
\"Oye, Pedro\", dice un amigo en la barra,
\"¿Por qué al final tú todo lo abarcas
y solo se oyen grillos en la guitarra?\"
Mas él sonríe, con un gesto astuto,
\"Claro, mis locuras son un tributo,
y así en mi Gobierno, ¡siempre hay un tumulto!\"