Desde el día que te conocí,
apegado a ti me volví;
ignoraste tu gemir,
y, no me echaste de ti
¡Que seguridad nació en mi!
Era día de soñadores,
yo, de habilidades menores;
luchaste contra mediocridad,
me acogiste con honores
¡Ahhh! mi dicha por tus pimores.
Ese día llegue sin nombre,
sin pizca de renombre;
ganaste el desafío,
soy tu meta hecha hombre
¡Que orgullo con alondre!
Día imposible de olvidar,
suma tus años y a celebrar;
toda barrera destruida,
juntos y listos para volar
¡Ahhh! felidad continua y sin par.
Gema de Dios, por mi adquirida,
maravilla distinguida;
a Él, gracias bendecida,
diste cuerpo a mi vida.
Agradecido, hoy que te tengo,
por el mundo voy y vengo;
presumiendo mi abolengo,
siempre tu recuerdo en mi mantengo.
Roberto D. Yoro
Olanchito, Yoro,
Honduras C.A.