El tiempo se disuelve,
como polvo en las manos,
y en su paso, queda algo que me observa.
En ese instante no entendí por qué guardaba una caja empolvada,
pero al abrirla, un destello emergió, recuerdos que parecían esfumados de un salto me golpearon.
No hay rastro de mi pasado, solo si la abro.
La inquietud persiste y no puedo evitar abrirla,
aunque me da miedo caer en la melancolía, sé que
si el recuerdo persiste,
el cariño jamás se esfumará,
y aunque oculto se encuentre,
mi pasado nunca se desvanece.Y me recuerda todo el camino que enfrenté para llegar a mi presente.