Se escapa la juventud,
enquistada en sus impulsos.
No se mueve… se renueva
con maduras sensaciones.
Son momentos, son etapas,
son vivencias consumidas,
que enriquecen al vivirlas
y florecen en otoño,
-otoño de media vida-.
Al dejar de ser momentos,
momentos de juventud,
se convierten en adultos,
silencios que marcan tiempos,
donde el pasado se duerme
y se ensueña en nuevos sueños.