Los segundos transcurren acompañando el viento
Y una sensación de movimiento recorre mis entrañas:
Es una carrera desbocada de trazos sin alientos
Que va manchando un grisáceo recorrido indeleble.
Una luz de minuteros y relojeros va devorando mi tiempo,
Mientras las realidades están tendidas en mis renglones
Inertes ante las colusiones de momentos y sentimientos
Que transcurren en un acompasado período incierto.
La lectura activa no consigue hilvanar nuevas ideas
Y un melancólico efecto sepulta mis versos en una esquina
Que está invisibilizada por los acreedores de los juegos verbales.
Rondas de tiempos van dilatando una sumisión a paraderos,
Donde mis escasos versos templan una voz que se malgasta,
Tras los segundos ajados por las campanadas de la muerte.