Soy un pasajero
que camina con su sombra
atravesando todos los silencios.
Un eslabón más
de esta cadena de humanos
de seres totalmente imperfectos.
Apenas una voz entre los ecos
un espectro en la niebla
un pájaro herido en su vuelo...
Soy esto que se diluye
lo que se desfragmenta
al paso irrevocable del tiempo.
Soy un alma ya perdida
una lágrima llena de dolor,
el triste final de un cuento...
Soy la plenitud de la angustia,
la tristeza de un adiós
la melancolía en un recuerdo.
Una emoción que no emociona
una condena en la conciencia
un corazón inmóvil en el pecho...
Soy la armonía de lo abstracto,
el asedio silencioso de una pena
el espíritu de algo que ya ha muerto.
Soy el poder de la palabra,
el título de un poema,
la caricia continua del viento...
Soy la llovizna en la soledad,
la puerta a lo desconocido
la luna que brilla en lo alto del cielo.
Soy el beso frío de la tierra húmeda,
el equilibrio de la razón
la carne que será el polvo luego...
Soy la perpetuidad de un pasado,
lo que agita por dentro al suicida,
el rumbo sin rumbo de lo incierto.
Sé que soy un mero pasajero,
y una página en calma
para aquel que esté leyendo esto...