Blancos cabellos por el tiempo ya plateados,
muchas arrugas te marcan por doquier,
manos que tiemblan pringadas de manchitas,
ojos opacos que casi ya no ven.
Tiempo ha que observo,
que buscas por los rincones,
el silencio te envuelve
y que linda te ves.
Por tus dedos desfilan,
las cuentas del rosario,
y musitas tus rezos,
por una y otra vez.
Un rincon de tu alcoba,
es hoy altar sagrado,
donde todas las tardes
nos reunimos a oir,
los cuentos infantiles
que con sabor de antaño,
en tus labios marchitos,
tu sabes revivir.
Y yo he visto con sorpresa
y como mudo testigo
el rodar como perlas
de tu llanto la es.
Son recuerdos que oprimen
tu pecho ya ahora marchito,
cuando se hace patente
recordar es vivir.
Descansa en tu sillón
querida abuelita,
descansa dulce ejemplo
de amor y bondades,
mi respeto y cariño
seran para ti
abuelita.
Hasta que Dios quiera
llevarte con el.