Es el mar ese misterio de azul en el alma,
que en su manto profundo guarda un eco lejano;
es la fuerza indómita de tempestad y calma,
caricia en que se despierta el sentimiento humano.
Bajo el sol brilla intenso, cual manto celestial,
y ahí en la noche oscura se vuelve soberano,
el mar, eterno amante de luna y temporal,
a ver invita sus secretos, vasto y arcano.
rompen su voz en las olas con furia y arena,
y en su espuma lleva las memorias de otros días,
susurrando al viajero por la vida y su pena.
Mar que en su hondura guarda todas las melodías,
y que en su abrazo de sal, sin prisa y sin condena,
sostiene el infinito de nuestras fantasías.
JUSTO ALDÚ
Panameño
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