En un jardín de sueños, nació mi amor,
una flor de pasión, bajo el sol de enero.
Tus ojos, dos luceros, que iluminan mi ser,
pero tus palabras, me hacen sufrir.
Como la rosa, que tiene su espina,
mi amor por ti, es una herida divina.
En noches de locura, te siento tan cerca,
pero en el día, la distancia me hiere.
Tus besos, néctar dulce, que embriaga mi alma,
pero tus ausencias, me dejan en calma.
Quiero volar contigo, hasta el fin del mundo,
pero el miedo me ata, y me siento confundido.
En este laberinto, busco una salida,
un amor sincero, que me haga feliz.
Aunque el destino, nos separe por siempre,
tu recuerdo vivirá, en mi corazón.
En cada amanecer, te sigo buscando,
en cada estrella, tu nombre repito.
Y aunque el dolor me consuma, seguiré amando,
porque el amor es la fuerza que me mantiene vivo.