La tierra guarda su lamento
guarda la vorágine del viento
sobre las ramas
guarda los latidos
guarda la resistencia y la historia
el sueño de un árbol ancestral
que espera un futuro.
En el sudor del anciano
están todos lo sudores de la memoria
así los dice una anciana
junto una pequeña fogata
y el aroma de hojas curativas.
Los árboles como manos
mientras la hierba húmeda
recoge las huellas de los trabajadores
las herramientas manchadas por el tiempo
y las historia de quienes la sostuvieron.
Las mujeres recogen los frutos
más que nada, la mirada
de la paciencia
un lenguaje profundo de amor
y resistencia …
La tierra
sostiene las raíces como venas
entre el agua y los minerales,
la tierra es el baúl de futuro
cuidada con las herramientas
y oraciones a los ancestros
que dentro de sus manos duras
tallaron en la piedra
la mirada del mañana.
Un pueblo que vive
en la paz no significa
que duerma su alma…
han aprendido
de la ceremonia espiritual
que integra el universo
desde su tierra, una pequeña célula
una chispa que se eleva.