Adonde sea que vayas
en cada aliento que tomes
en cada paso que des
cada simple día
a cada cita que acudas
tras cada puerta que cierres
mis palabras serán tu sombra.
Los ojos de la culpa
no dejarán de brillar
a medida que el cielo nocturno
extravíe tus pasos;
Entonces estaré ahí
tras la llamada de escape
que haces a mis espaldas
porque sé lo que necesitas
y muy en el fondo lo que deseas
a pesar de ti misma:
ese misterio escondido
entre las bragas,
esa mirada envuelta
al calor de la vergüenza.
Recémosle al vacío
mientras cada uno escapa del otro
tratando de perdonarse
a sí mismo
para acabar volviendo
a lo que era en la carne,
a lo que era antes de haber callado,
haciendo de la desesperación
el estribillo que corone
nuestro último baile.
En cada aliento que tomes
a cada cita que acudas
tras cada puerta que abras
en cada paso que retrocedas
por insignificante que sea
mis palabras serán tu sombra
y tu sombra volverá de amanecida.