KORO

¡Estrofa!

En alguna estrofa se inclina mi ser poético,
componiendo versos en coloquio con las
estrellas..
Sensaciones extrañas haciendo su entrada
con luna creciente en tropel de anhelos.
Va bogando el alma cerca de los ríos, que
en su cause baja, en nostalgia mustia que
se esfuma al viento.
Recuerdo recóndito se mece en la nube
de melancolía.
Se enlazan suspiros del sol en ocaso,
agonizante en color bermejo y triste
sinfonía, porque fuiste de mi alma
loca sinfonía.
Pálida se asoma la luna escondida,
donde un día de abril dejaste pasiones de
azul alborada.
Se escuchan los ecos de tu respirar,
desflorando cantos en mi despertar que
habitó caricias de besos y versos, cobrando
existencia tu imagen en mi almohada.
Se oye una sonata entre la enramada que
entona un ruiseñor parlero, trayendo en
delirio canto prohibido, chispeante y doliente,
olor a recuerdos.
El canto de un gallo despertando el alba
en suave llovizna, se mece la palma.
Aleteo de música lejana, que se va flotando
sobre la montaña.
Un puente tendido quebradizo y frágil que
solo el silencio puede atravesarlo.
El tiempo puntual llegó a su destino y la
brisa queda entre la enramada, girando
madrigales furtivos, mientras la memoria recorre
la historia de amores proscritos.
Ya la estrofa dejó su rosario de locos anhelos,
desplegando el abanico de sus alas abiertas en
quiméricos versos postrados de hinojos.

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