Dr. Salvador Santoyo Sánchez

E- MAIL

A mis pies, cayó un pañuelo,

blanco, bordado muy bello,

perfumado como sello,

no supe, si fué señuelo.

*

Más, lo entregué con recelo,

a linda mano con guante,

de una voz, tan fascinante,

cara cubierta de velo.

*

Un gracias, sólo me dijo.

De su figura, impactado.

y todo en mi, quedó fijo.

*

No lo hubiera imaginado,

sentir tanto regocijo,

ante tal rostro embosado.

*

Pero, el correo electrónico,

muy sonriente, me ha dejado.

 

Dr. Salvador Santoyo Sánchez

8/11/2024