Todo el día ya me aburre
yo perdido en esta cumbre
sin ningún sentido en ello.
Me desinflo en el esfuerzo
como un pacto irreversible
en este terreno libre
de hacer lo que dios quiera.
Apenas queda combustible
y sí mucha carretera
que me la he recorrer entera
aunque sea a rastro de mis crisis
por una existencia plena.
Tus caricias son las mismas que hace décadas
a pesar del ruido en torno
de mi frente como un signo
persistente a concluirme.
Espero en el fondo de un temor nocturno
a que el mundo se inunde
conmigo de último.
No hay cosa tal como cuentan
y mis brazos no alcanzan tampoco a su par
entre la niebla que densa tiende a asustar.
Olvida esta mierda
de mi mente desbordada.