Hernán Mejía Silva

AMANECER/OCASO

Habían una luz difusa,

y un silencio envolvente,

me volví noche,

soy luz ausente.

 

Me entregué a un sol rosicler,

con el corazón en vilo,

cabeza de alfiler,

sin filo.

 

Solo robo las formas que llegan,

transformadas por esta belleza,

cuando los ojos se ciegan,

y la noche empieza.