Habían una luz difusa,
y un silencio envolvente,
me volví noche,
soy luz ausente.
Me entregué a un sol rosicler,
con el corazón en vilo,
cabeza de alfiler,
sin filo.
Solo robo las formas que llegan,
transformadas por esta belleza,
cuando los ojos se ciegan,
y la noche empieza.