Paco, sigue nublado.
Llega el AMOR
Suave y densa,
la niebla mañanera,
en este otoño sin fin,
arropa mi día gris
cual manto de indolencia.
Desde la ventana de mi dormitorio,
el mundo,
sumido en un silencio profundo,
ensombrece mi alma.
La habitación,
antaño repleta de luz y colores,
se ha convertido en una celda
de marchitos recuerdos,
donde ecos de soleados días,
promesas de un amor anhelado,
se resiste a florecer.
Pienso en ese amor,
tímida flor,
en lucha contra el frío del invierno
añorando su primavera.
Cada instante parece eternizarse
en este gris perpetuo,
mientras…
una vaga ilusión me susurra
que algún día la niebla se levantará,
y, con la luz
llegue el AMOR,
transformando el mundo
en un jardín
de
radiantes colores.