Estoy cansada de llorar
como niña en secundaria,
de aferrarme a un amor fugaz
que solo dejó nostalgia.
Las lágrimas ya no pesan igual,
se fueron con cada promesa,
y en su lugar, quiero paz,
que calme esta tristeza.
Ya no soy la misma,
ya no me pierdo en sueños vanos;
hoy me elijo, me rescato,
dejo este amor en mis manos.
Así termino, sin mirar atrás,
porque en el fondo, sé…
que merezco mucho más.