En la penumbra fría y oscura de mi habitación,
el silencio ensordecedor grita tu ausencia...
Las paredes, testigos mudos, de noches llenas de tus abrazos cálidos,
ahora solo guardan el frío hielo y el eco de tu adiós.
El reloj marca las horas lentas, tortuosas,
cada tic-tac es un lamento agudo,
y en la soledad de mi cama,
tu recuerdo es mi tormento eterno.
El silencio se convierte en un grito desgarrador,
en la oscuridad de esta habitación,
donde el amor se ha perdido para siempre,
y el silencio, como un manto oscuro, cubre mi alma.
El silencio de la noche se cierne sobre mí...
Como un manto oscuro
Que envuelve mi alma,
Cómo una herida que no se cierra jamás,
duele, aún, en lo más profundo de mi ser,
donde solo reina el silencio.
El reloj marca las horas lentas, tortuosas,
cada tic-tac es un lamento agudo, y en la soledad de
mi cama, tu recuerdo es un susurro que nunca
se apaga.
Gonci