Yo no sé lo que me pasa
cuando la veo pasar...
es como como una brecha encendida
que cuando se funde en tu espíritu
deja en cenizas a una alma prendida...
sus ojos no son comunes... es una mezcla de bondad y vanidad, cual reluce a la altura de su voz angelical, un tono suave para una oscura perla, que siempre resbala de mano en mano... tanta torpeza en caricias, para tan frágil joya...
no sé si es tímida o seria... pero con el amor siempre juega... el tinte de sus mechas, es fuego que arde sin cesar, no la consume, solo la embellece y se expande, como hebras hechizadas, hasta caer en algún ingenuo... y hacerle un amarre en conjuro perfumado, cual fragancia derrite a cualquiera, efecto fugaz en afecto momentáneo...
vaya que dilema, creo ser ese ingenuo...
siempre esperandola, para enamorarla, y ella como libre mariposa posandose de flor en flor, haber si encuentra el cariño que tanto anhela, pero no mira el péndulo que yo tengo ni el ramo que yo traigo, será por que no tiene tiempo para mirar el amor verdadero que yo sostengo en mi vara sincera e ignorada... quizá desconfía de tanto daño y solo se refugia en \"gusanos\" violentos y enmascarados de buena carnada...
pero ya que puedo hacer... si ya la quiero, tal cual sin condiciones...
bien sabido, es que mujeres así son condenables a los ojos de muchos... y aceptadas a las de pocos...
pero desgraciadamente uno no manda en el corazón, que siempre quiere lo que no debe, y anhela lo que no puede... ni tendrá...