A PESAR DE TODO
A pesar de todo, el coche de caballos
recorre una gran distancia
por valles y, luego, por entre montañas,
y llega hasta el orfanato,
donde los buenos frailes alimentan con esfuerzo
a una nube de niños endebles, ateridos,
y el maestro de música
desciende del coche de caballos y penetra en el edificio
pétreo, aparatoso como un castillo
y elige a unos cuantos jovencitos y se los lleva con él,
pues, a pesar de todo, este hombre músico mantiene
la seguridad en sus convicciones y sus impresiones,
en su aliciente principal, la música, y en la búsqueda
incansable de talentos en ciernes,
persiste, con fijación,
en la gran empresa
de sacar niños prodigio a la luz.
Gaspar Jover Polo