Los amantes
parecían ladrones
dispuestos
para la huida.
Uno, tan ocupado con los suyos.
El otro, circulando por direcciones prohibidas.
Hojas arrugadas.
Las calles
llenas
de coches.
Mucho ruido.
Su existencia
se ahogaba
en silencios frios.
Las casas en ruinas
eran como arrugas
en piel descuidada
y envejecida.
Los pocos arboles
habian sido trasplantados
a las aceras.
Caminaban mudos
y distantes,
entrelazando sombras.
La soledad paseaba
con un perro,
sin correa.
Los escaparates
de las tiendas
eran como acuarios
repletos de peces
muy raros.
Hay camaras por todas partes.
Lo que otrora
fuera privado,
hoy todo el mundo lo sabe.
El miedo
ya no se esconde.
Anhelado espejo:
En un café
dos amantes
se miran, entre risas.
Dejamos
de esperarnos,
porque se hacia tarde.
Mañana ya era hoy.
En un muro
de la ciudad han escrito,
como si fuera un grito:
\"No hay muerte.
Se resucita\".
Paradoja:
Z es su primera letra.