Como un barco sin rumbo
perdido en el vasto océano de la melancolía,
mis pensamientos viajan a través de los recuerdos
buscando el calor de tu presencia.
Cada instante compartido
es un tesoro que guardo con celo,
un ancla que me sostiene en momentos de incertidumbre,
la distancia, aunque cruel,
no puede borrar la conexión que nos une,
ni el amor que perdura entre nosotros.
A través de cada amanecer
que pinta igual de azul que tus ojos,
encuentro esperanza de un futuro
que aún podemos construir juntos.