Con esta soledad tan muda y fría
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Cielo abierto, guardián de mi porfía,
del día, de la noche, del momento.
Tan solo estoy, que a veces, no me entiendo
con esta soledad tan muda y fría.
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El silencio me atrapa cual arpía
me araña como araña el propio viento,
la nubes van de paso, a paso lento,
cambiando de color según el día.
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A mis pies hay escritos que saludan,
iniciales, promesas, intenciones
y flechas que atraviesan corazones.
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Más todos ellos... sin querer, me ayudan,
me dejan un momento apasionado
que evita que me sienta abandonado.
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Poema : Ramón Bonachí.
Óleo sobre tela: Claudio Bonachi.