En mi viejo callejón deshecho,
el cemento implora
una plegaria descosida,
abandonada, insumisa,
torrentes de agua malcarados
pulen las piedras quebradas
y claman venganza
en el rincón velado
de los secretos sin nombre.
Un reino independiente,
una fábula inacabada,
el calor de la lumbre,
espuma de mar en el pozo,
la vida que me entregaron,
donde tropiezan mis enemigos
yo me levanto fuerte
apretando las manos enlazadas
en la luz que me envuelve,
y las flores del invierno
en cada resaca bailan
una rumba que estalla
acompasada y encendida.