Cuando se encierra en su casa,
la noche la convierte en piedra.
Su remedio es mi veneno.
No puedo soñar sin pensar
en su falsa sonrisa.
Su remedio es mi veneno.
Como una leal mascota
la muerdo
porque estoy agradecido,
agradecido de su paliza.
Su remedio es mi veneno.
Ahora que estoy arrepentido,
me corto a mi mismo
en alas de cupido,
pechos de Diosa.
Su veneno es mi remedio.