Salvador Galindo

Veneno

Cuando se encierra en su casa,

la noche la convierte en piedra.

 

Su remedio es mi veneno.

 

No puedo soñar sin pensar

en su falsa sonrisa.

 

Su remedio es mi veneno.

 

Como una leal mascota

la muerdo

porque estoy agradecido,

agradecido de su paliza.

 

Su remedio es mi veneno.

 

Ahora que estoy arrepentido,

me corto a mi mismo

en alas de cupido,

pechos de Diosa.

 

Su veneno es mi remedio.