Ahora te escribo, casi sin razón.
Y una delgada curva lunar
acaricia las grietas de mi sueño,
con un sinfín de palabras entre sus manos.
Palabras del viento,
con las que tus cabellos danzan
mientras el sol los brilla ante mis ojos
enamorados de su fragancia.
Palabras ocultas que puedo descifrar
en cada uno de tus silencios.
Por eso te dejé callar tanto tiempo.
Palabras de llanto, de dolor,
que desean a tus mejillas de miel
meciéndose sobre mi hombro,
para que una lágrima tuya encienda mi alma.
Palabras de niño.
Palabras que caerán del cielo, algún día,
hasta tu espalda,
para que las lleves adondequiera que vayas.
Palabras que aún espero.
Palabras de dragones que sueñan
en mi sueño lo que quiero soñar.
Palabras que seguirán juntándose en los rincones,
para que mis manos las conviertan en corazones
que imaginarán la más hermosa música
cuando vean a tus ojos amanecer.
Palabras de amor y de mentira.