No sabes tú cuánto te he amado y te quiero.
Cualquiera que sepa qué, es el dolor, sí lo ve.
Nunca olvidaré esa horrenda noche de Enero.
Esa triste noche, cada palabra, yo me la grabé.
No hay retorno me dijiste y serena, me retiré.
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Cada una de tus faltas, están aún, en mi alma.
Soy un ser de paz pero, el orgullo, me abraza.
Mi Papá era el que, nos sugería, con su calma.
Mamá, todo oía pero, nunca, atizaba la brasa.
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Una vista al pasado, te obliga a ver, lo bueno.
Soy consciente de que, el Papá, no es pareja.
Sé qué, un modelaje sano, aporta sus frenos.
También, qué un buen decir, aleja las quejas.
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¡No habrá líos qué, los padres no, atiendan.
Cuidan a sus crías y los otros que, entiendan!