Caminar por un parque
repleto de abedules.
Tal vez, me llame invierno.
Me enseñaron,
a ordenar mis desastres
después de los naufragios
y a hablar con las flores.
Un anciano olvidado,
me mira fijamente.
Va cayendo la tarde.
Las ramas de los árboles
se apilan en el puente.
Mis pies parecen alas
bajo céfiros fríos
y las hortensias blancas,
me perfuman las manos.