jarablanca

No se apagó tu luz

No se apagó tu luz, 

no se apagó, maestro,

solamente te has ido

para alumbrar el cielo

y enseñarle poesía 

a los que ya se fueron.

Cuantas veces decías,

cuantas veces... recuerdo:

\"Muy bueno Jarablanca, 

muy bello tu soneto, 

pero hay un verso cojo

en el primer terceto\".

Mis ojos se cuadraban, 

no podía ser cierto,

yo, había revisado 

dos mil veces mis versos,

y después me reía, 

¡tenías razón, maestro!

Hoy no te digo adiós,

sólo digo hasta luego, 

más tarde o más temprano

volveremos a vernos,

y volveré a mostrarte

mis humildes sonetos,

esperando escuchar

igual que en otro tiempo:

\"muy bueno, Jarablanca,

muy bello tu soneto,

pero hay un verso cojo

en el primer terceto\"

y entonces yo sabré...

que te encontré, maestro.