El amor me habla
Me pide que recorra sus venas
Como cortinas sobre superficies por causa del viento
Torpe y sin sentido
Acaricio el pelaje del perro y del gato
En la ciudad se celebra algo con las flores
Mis oídos oyen un reclamo
Seco y casi tangible como el romper de las olas
Una voz me habla y captura mi atención
Tengo delante mío la razón de mis penas y alegrías
Una cruz que rehusó ser clavada
Debo cerrar la boca para evitar ese silencio que le llaman mentira
Solo acomodo mi quehacer como los cubiertos de una mesa
Alguien servirá sus penas
Alguien dubitará en alimentar al animal
Por cuánto tiempo fuimos llevados y criados en brazos
Y quien sin reclamar nos pide seguir ese ejemplo
Replicar ese esfuerzo humano
Entre discípulos distintos y pródigos
Entre miradas odiantes y de odio