Un Compromiso sellado con lealtad
en un pacto que un día prometía a Dios, pero el rechazo golpeó mí realidad, como un viento frío que hiere la piel.
Tus ojos que antes miraban sin desprecio, hoy reflejan un brillo oscuro distinto y letal. La soledad se conviitio en una gran aliada, ella llenó las grietas de mi corazón.
Querías no darme el permiso, para dejarme de nuevo ser yo y revivir.
Pero mi alma, tiene una herida, la cual no te da licencia para darme esa licencia.
No hay vuelta atrás, fue ya el final,
nuestro amor se desvaneció en el vacío, donde se ahogan los sueños perdidos, y el silencio se viste de un gris funeral.
G3