La primera vez que te vi
me dejaste cautivada,
pero ni cuenta me di
porque me sentía acabada.
Otras veces más te vi,
cruzamos saludos, sonrisas,
pero yo no percibí
que fueras a ser mi brisa.
Llegaste a mi habitación
y fuiste a saludarme,
sentí una sensación,
que no sabía explicarme,
pero alguien me alertó
que tú me estabas rondando
y fue así que despertó
mi alma y salí volando.
Tú eres muy inteligente,
poco a poco te acercaste,
con tu cara sonriente,
hasta que al fin ¡me besaste!
Y desde ese momento,
volví a la realidad,
llegándome un sentimiento
que despertó de verdad!
Porque al estar junto a ti,
me sentí ¡tan realizada!
por eso eres para mí
¡la felicidad lograda!
Vero