Diez dedos deberían ser suficientes,
Diez razones para expresar lo que me temo.
Que corazón con rodajas de esmalte,
Pinto de rojo mis uñas, qué miedo.
¿Miedo? No, es pánico.
Tengo por los bordes el líquido espeso.
Cuando me ducho se quita, pero la esencia de rojo permanece,
Me sofoco.
Van tres, me faltan muchas,
Y yo aún pensando que avanzaba.
Me detengo, ¿por qué esto siento?
Me gusta este rojo,
Me llena de antojo,
La cinco se corre, me estremezco.
Qué lindo se vería entre tus largos y confortados dedos,
Mi mano primera es fría y necesitada,
¿La tomas caliente o la dejas?
Pintadas de rojo no se ven maltratadas.
Tres, dos, uno,
¿Entiendes lo que digo?
Este color intenso refleja lo que siento,
Mas mi sangre fría, mis manos con mucho miedo..”¿es ahora?, ¿es ahora?”
Te lo ruego.
Acúname en tu resguardado silencio.
Se me ha acabado la pintura,
¿Me quieres ahora pálida y sin gracia?
Dame color, dame vida, por favor,
Solo tengo diez dedos, diez razones.
Me faltan dos corazones,
Me sanas, me cuidas, ya no hay marcha que retroceda.
Me haces amor, sí, tus besos de seda.
Si mi mano contigo brilla de un intenso rojo color,
Déjame, por favor, acariciar tu primicia.
Obtén mis caricias, con sangre que ansían tu simpleza, más que tu nobleza,
Un poco de tu amor.