Hay quienes pretenden vivir
en un mundo soñado,
sin las dolorosas realidades
de esta vida lacerante,
en una recreación que no existe,
creyendo encontrar en él
la felicidad más absoluta,
pero en su entrega
por alcanzar esa apetencia,
se olvidan de vivir
entre las zarzas del mundo real,
y cuando chocan
con la materialidad
de su propia existencia,
no saben desligarse
de su autoproclamada irrealidad.
JOSE ANTONIO GARCIA CALVO