A la sombra
de un ciprés,
se van nutriendo
las guerras.
Lloran todas
las estrellas
arrastrando
las cadenas,
que gritan
mientras se
arrastran.
¡La guerra es
un cruel paisaje!
Con los hijos
devastados,
se medirán
las distancias.
A la sombra
de un ciprés,
mientras los ojos
se encharcan,
se va muriendo
el poema.