Raiza N. Jiménez E.

En Honor a Simón.-

Ha pasado de todo en el caraqueño Valle.

Lo más digno fue el nacimiento de Simón.

En Caracas, con su nombre está una calle.

Nadie pensó que, el flaco guiara el timón.

**-**

En una digna familia mantuana vio la luz.

Temprano quedó huérfano, ese ágil niño.

Aún, siendo rico de cuna, Él tenía su cruz.

En manos de su tutor, tuvo: Luz y Cariño.

**-**

Hijo de la Caracas mantuana, sufrió rigor.

Hoy voces en la distancia a Él lo censuran.

No fue fácil asumir su promesa con Valor.

Innegable es qué, sus triunfos, perduran.

 

¡Perjuro será ese que, su victoria, niegue.

Lo dirá aquel, cuyo egoísmo, lo ciegue!