Al poeta
lo asesinó la rosa: la oculta rosa,
la rosa de “primera línea”, la de doble
faz,
la de triple estepa, la de calumnias pegajosas y
mentas en la boca;
la de roja amargura, la de infame certeza, la
rosa delictiva -la adictiva rosa- lo asesinó... al poeta.
La de belleza estrecha.
La de perturbadas primaveras.