Hijos, sepan que el dolor es maestro,
cada herida es lección que nos amolda;
si en lágrimas el corazón se quiebra,
es para hacerlo fuerte y que no se rompa.
Cada traición destila su veneno,
cada desilusión nos hace sabios;
y aunque la vida golpee sin freno,
cada caída nos eleva y da pasos largos.