Frances Villa

¿Tarde?

¿Es tarde?

El recuerdo del pasado aun sigue latente en mí y renueva fuerzas en ciertos momentos. Pienso cuanto bien me hacia su compañía y cuan bien me sentía a su lado.

Ahora, en mi despertar, en las mañanas me encuentro solo. Nadie recibe un mensaje de esperanza: Un “buenos días corazón, despierte”.

Son tantas las cosas que aún quedan, que desearía al pasado volver y cambiar ciertas cosas que la inmadurez no me dejó verlas correcta.

Me pregunto entonces: ¿Es tarde? Siempre se nos ofrece una segunda oportunidad y me niego aceptar que ya no se puede hacer nada, que ya no quedan esperanzas.

Su silencio, entonces me duele, sus acciones me dejan sin ella, sin nada y sus palabras me lastiman al escucharlas. Caigo en la cuenta de que ya es demasiado tarde.

El futuro me amenaza con su soledad, el pasado me la devuelve en cada instante y en el presente ella me dice: “Es tarde, debes dejar de amarme”