Dijiste que me amarías hasta la muerte.
Yo, cómo vivía contento pero, tu
juramento poco tiempo duró.
Hoy, cómo me río en silencio al verte
pasar, con quién comparte tus días,
pero veo en tí que no Luces felíz.
Cuando estabas a mi lado, hasta
las amistades que tenía eras genial
con ellos y, los vecinos dicen:
que pena con ella! ya no tiene esa alegría
que con usted tenía.
Yo cruzado de brazos digo:
no sé quién perdió
solo sé que estoy agradecido
de Dios y, soy felíz gracias a él, por
apartarla de mi camino.