Bajo un cielo de zafiro y grana,
sombras oscuras lo rodean...
siembran temor en su mirar
y agonía en su corazón.
Un guerrero cansado,
de batallas sin fin,
con la armadura oxidada,
y la espada rota en su mano.
Sin fuerzas y esperando
un reencuentro imaginario...
la imagina entrando
con su dulce sonrisa,
una cura obsoleta
y un viejo amigo...
soñar no cuesta nada...
nada....
Sus pupilas empiezan a dormirse...
su respiración se intensifica
señalando un ciclo sin fin...
y con hondo dolor acaricia suavemente
aquel que regaló que tan feliz lo hizo
por tanto tiempo...
Su sangre lo empieza a ahogar
y entre anhelo e ilusiones
su corazón de papel empieza a naufragar...
Susurrando su nombre por última vez...
luchando por un último recuerdo
al cual viajar...
en mis manos...
quedó....