EL POEMA FELIZ
Mi poema subió al infinito de su mirada,
navegó en el mar de sus ojos con caricias
y yo fui fuego que encendió sus pupilas,
cuando mi poesía lo abrazaba.
Mi piel se pobló sin prisa con sus deseos
hasta su cielo icé mis versos
que cantaban con salvaje temblor
y el poema feliz… nos sedujo a los dos.
Poemas de Pepita Fernández
Córdoba-Argentina
12/11/24