Con una rosa en la mano yo te quiero a ti decir
que mi fortuna en la vida fue tener una madre así.
Tu plantaste la semilla que con mis versos transmito
me enseñaste del perdón con tu amor siempre infinito.
Me hablaste de los poetas recitando sus poesías
y me las enseñaste a amar, mientras a tu lado crecía.
Mi sufrimiento era el tuyo y mi alegría tu vida,
eras mi apoyo y sostén cuando de pena sufría.
Madre entre todas las madres y mujer entre mujeres
con tu amor siempre llenaste mi corazón de placeres,
placeres mas importante que las cosas materiales
haciendome mas feliz que el mejor de los mortales.
Declamabas los poemas con corazón y pasión
haciéndome vibrar y encoger mi corazón,
me grabaste en el alma tu ultima poesía
cuando en tus ultimas horas ya de fuerzas carecías.
Levantando tu mano y en señal de bendición,
abandonaste mi vida pero no mi corazón.
Ángel Reyes