Veo cuerpos sin rostro,
sentado en este asiento.
Ojos sin cara,
siempre antes de la mañana.
Su presencia sentí,
pero se desvaneció,
como pompas de jabón,
como toques sin amor.
Su música oí,
de a poco se alejó,
como gaviota al sol,
como versos sin ton ni son.
Espero volver a verte
antes de lo que se aborrece:
las penas y los males,
las penumbras y las claves.