Errante como tan cercano y distante, aprisionado por la atmosfera, revestido de soplo de vida para todos, fue encapsulado hasta sumergido iba el viento, errante, sí, como un vagabundo trota mundo.
No envejece ni se pudre, no se dobla, palpable al soplo de nuestros labios, corea mensajes del cielo, nos acompaña en el día y en la noche intenta barrer los mares.
Así es el viento, ido, venido, pacífico, alto sentido de locura, mantiene de pie al jubilado, a veces le seguían mis más profundos anhelos, mis sueños viajaban en él, boletos de ida.
Inquieto arrastrante, penetra a la luz, pero no a nosotros, lo único que comunica con mímica es vida, vale más que el oro pues hasta diamante hecho aire es el viento.