Pureza expresada en extraños obsequios.
Regalos de vida. Una vida de amor.
Sueños, deseos y en pedazos un corazón.
¿A dónde se han ido después del adiós?
Se han roto, marchitos. Sacados del corazón.
Tristeza, un te quiero, una lágrima o dos.
¿Qué ingenuo humano se atreve a decir?
Que amor ha encontrado y que no tiene fin…
Mi amor se ha apagado. Mi amor no es de aquí.
Inmundos mortales acaso han creído,
¿que un hombre casado o mujer con marido
sabrá el gran secreto que por siglos se ha escondido?
Porque el amor se esconde en cada pétalo de flor
En cada suspiro, cada caricia y en cada oración.
¡El amor no es de humanos ni de un solo corazón!
En el cielo se ha escrito una ley universal:
“El que quiera amar que ame,
sin ojos que engañen ni bocas que oculten la verdad”
Quien de sus ciegos ojos se haya deshecho
y de sus mudas palabras se haya olvidado
escuchará entre el silencio el tesoro más anhelado.
Porque el amor se esconde en cada encuentro,
en cada risa, en cada llanto y en cada canción
¡El amor no es de humanos ni conoce del adiós!