Soledad es el silencio que invade,
una ausencia que pesa, invisible,
un espacio vacío en medio del ruido,
una pausa que se extiende en el alma
como un eco sin fin.
Es el murmullo de las horas en calma,
el susurro de algo que falta,
un lugar donde el tiempo se detiene,
donde el pensamiento se encuentra a sí mismo
y descubre su propia sombra.
Soledad es un abrazo sin manos,
un refugio que asusta y consuela,
el borde del alma desnuda
que se enfrenta a su reflejo,
a su verdad sin disfraces.
A veces, es paz profunda y necesaria,
una grieta por donde entra la luz,
donde el alma se repliega y respira,
donde vuelve a encontrar
lo que creía perdido.
Pero a veces duele, y arde en el pecho,
como un fuego que nadie apaga,
como un vacío que clama en silencio
y convierte el mundo en un lugar distante,
una distancia que pesa.
JUSTO ALDÚ
Panameño
Derechos reservados noviembre 2024