Es curioso a veces el ponerse a pensar vagamente y hacer suspiros lentos hasta acomodarse los hombros fruncidos llenos del cansancio y del agotamiento diario.
Ponerse las noticias o leerse algún exquisito libro de poesías, quizá son los pequeños placeres que alientan tu alocada vida y el placer inmenso de llevar entre sábanas esa pena.
Perderse en la sonrisa de una muchacha linda, o escribir en una servilleta unos versos que seguramente guardará en su chaqueta al salir de la cafetería, y leerá con atención al llegar a casa, extrañará verme más seguido e ira frecuentemente a la misma cafetería y a beber el mismo café que el mío.
Posarse en una vidriera a ver los volumenes de los más grandes poetas olvidados, soñar con algún dia ver en las redondas estanterías algún volumen tuyo de tu primer libro, llegar a casa, leer a Vallejo o a Huidobro.
Es todo, es curioso todo, aprende y vive, agradece más de lo que sueles quejarte, aprieta tus puños y respira hondo.