Cuando la luna se fuga a su horizonte
mi mundo sobrevive entre tinieblas.
La vida existe hueca tras la puerta
y solo queda el patético fantasma que una vela inventa
bailando entre las sombras.
Sombras de los miedos
que transitan
por las horas
que le pertenecen al sueño.
Sombras que me acompañan el desvelo
en tinta negra
agitando los demonios sin relieve
que se burlan
de las páginas arrugadas y desechadas
que cubren el suelo.
Si solo la oscuridad viene a acompañarme el soñar,
Dime, Luna, ¿cuándo soñaré mis sueños?
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